“Los momentos más bellos fueron durante el último verano”, testimonia su amiga Chicca. “Ella permanecía inmóvil en su cama”, recuerda. Maria Grazia destacó la actitud de Chiara: “No lloró, no se lamentó, miraba en un mueble la imagen de Jesús”.
Chicca cuenta que la joven quiso preparar su propio funeral: los cantos de la misa, el vestido y el peinado: “Todo para ella era una fiesta. Me dijo que quería ser en terrada con un vestido blanco, como una esposa que va a encontrarse con Jesús”.
Y le hizo una última exhortación a su madre: “Cuando me vistas, deberás repetir tres veces: Ahora Chiara ve a Jesús”. Chiara pidió que las córneas de sus ojos fueran donadas a dos jóvenes. Murió el 7 de octubre de 1990. Las últimas palabras a su madre fueron: “Sé feliz porque yo lo soy”.
Si la leyenda de Jesús sirve para que las personas dejen este mundo de una forma menos traumática, bienvenida sea.
ResponderEliminarA ver Isaak: ¿cuando te vas a hacer de una vez un católico como Dios manda, y así te liberas de esas obsesiones tan tontas que tienes?
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