miércoles, 28 de septiembre de 2016

LA INJUSTA COLONIZACIÓN CULTURAL

»Me enseñaron que el sexo era sagrado y que había que reservarlo para el matrimonio, que el matrimonio era la base de la familia y que la familia tenía que ser el centro del amor y del apoyo mutuo. Me enseñaron, y comprendí, que la vida humana es valiosa desde la concepción y que el aborto es un ataque serio contra la vida humana
 
»Supe, a partir del momento en que, siendo niña, entré en el sistema educativo de Nigeria -muy lejos de ser perfecto-, que mi empoderamiento dependía de mi formación continuamás que de mi acceso a la anticoncepción y al aborto.
 
»Cuando tenía unos veinticinco años me trasladé a Europa para mi doctorado [en Ciencias Biomédicas, Obianuju es microbióloga] y me di cuenta de que, aunque había mucho que admiraba en la cultura europea, había una parte de ella que no podía aceptar porque sus valores era totalmente opuestos a los que había adquirido en mi juventud.
 
»Durante años no expresé mis pensamientos, opiniones y convicciones, pero cuando en 2012 oí que Melinda Gates estaba lanzando un proyecto multimillonario de control de la natalidad y en favor de la anticoncepción, cuyo objetivo eran los 69 países más pobres del mundo (la mayoría de los cuales eran países africanos), consideré que era descarado por su parte querer imponer su cosmovisión sobre los más pobres del mundo. Su objetivo era que cambiara el punto de vista de millones de personas sobre la familia, la maternidad, el matrimonio y el sexo.
 
»Esto se llama imperialismo cultural y no podía aceptarlo, o permanecer callada ante este hecho. Escribí una Carta Abierta que, providencialmente, fue hecha pública por Teresa Tomeo, renombrada anfitriona de un show católico en EWTN. La carta llegó a ser viral cuando fue publicada, entre otras, en la página web del Vaticano, y en distintos idiomas.

lunes, 12 de septiembre de 2016

"Cuál de vosotros me va a matar"?




"¿Cuál de vosotros me va a matar?". Esa fue la pregunta que el sacerdote Fortunato Arias Sánchez hizo a los milicianos que lo trasladaban a las afueras de la ciudad de Hellín, lugar donde fue apresado el nueve de septiembre de 1936. Uno de los milicianos contestó que era él al que le habían encomendado dicha misión. El sacerdote se quitó su reloj de pulsera y le dijo: -Pues toma este reloj de recuero. Sólo te pido que me dejes morir besando esta cruz. El miliciano le contestó que no había problema. Al llegar al lugar convenido, en un sitio denominado Cañada de los Pozos, en la carretera de Pozohondo, Fortunato Arias se arrodilla, abraza su crucifico y exclama: -Que Dios os perdone, como os perdono yo. E inmediatamente tres balas atravesaron sus sienes. Era el día 12 de septiembre, Fiesta del Dulce Nombre de María, que tenía tan dulces resonancias en el alma de aquel santo y mártir sacerdote. El cura asesinado tenía 45 años. 


Esta es la últma carta que recibio su hermano Felix de Fortunato decia así

Queridos hermanos: Las cosas han cambiado notable mente desde mi última carta y hoy sospecho con sobrada razón que me quedan pocas horas de vida. Perdono a todos los que sean o hayan de ser los causantes o cómplices de mi muerte. Perdonadlos vosotros también, como nos manda la fe cristiana que profesamos. Que Dios acepte nuestro sacrificio y nuestra vida para que todos se conviertan y vivan. No recuerdo haber dado ocasión a que se me per siga, y me satisface pensar que la causa única de todo es mi carácter sacerdotal. Morir así es un verdadero y glorioso martirio. ¿Qué mejor suerte podía yo imaginar?

No tengáis pena ninguna por mi, encomendadme a Dios y quiera El que nos juntemos en el Cielo, bendiciendo allí los caminos secretos de su misericordia. Que seáis siempre buenos cristianos y que procuréis que lo sean también vues tros hijos y toda vuestra casa.....

En este momento se me viene a la memoria muchos nombres de personas de la familia y amistades, a quienes de buena gana les escribiría, asegurándoles mi afecto y eterno recuerdo en estas horas de despedida....

Un último abrazo a mi buenísimo compañero Jaime, y muchos besos a todos los demás pequeños. Adiós; que el Señor os conceda salud y paz y toda clase de bendiciones, y que seáis siempre muy devotos de la Santísima Virgen y que cuando pidáis por nuestros buenos padres pidáis tam bién por mi.
Sus restos reposan en la Parroquia de "La Purísima" de la localidad murciana de El Palmar.

2 minutos. Dolor y esperanza.