miércoles, 28 de septiembre de 2011

¿ALIANZA DE CIVILIZACIONES?



Alianza de civilizaciones. Bien, pero ¿dónde está la libertad religiosa? ¿Dónde la voz para condenar los atentados y crímenes contra los cristianos? ¿Alianza de civilizaciones o cómo favorecer al Islám pisoteando a los cristianos.

Lo explica muy bien el siguiente artículo de Eulogio López

Hispanidad, miércoles, 28 de septiembre de 2011

La verdad es que él nunca fue musulmán, sino cristiano, pero el tribunal de los ayatolás considera que como tiene ascendencia islámica, debe ser ejecutado por apóstata. Oiga, y en la Constitución iraní no figura la pena de muerte pero se aplica siguiendo las instrucciones de ese libertador llamado Jomeini.

Pero ésta es una injusticia más contra los cristianos de las que ocurren cada día en Paquistán, Afganistán, Indonesia, Irán y siga usted contando. No. Lo peor es el silencio del Occidente cristiano. Se imaginan lo que ocurriría -no, porque no va a ocurrir- que en un país cristiano se condenara a muerte a un musulmán por predicar el Corán en una ermita porque sus antepasados eran cristianos y, por tanto, él un apostata? ¿Se lo imaginan?

Pues bien, hasta el momento, ninguna cancillería occidental, ni Hillary Clinton, ni Catherine Ashton, tan preocupada por la primavera árabe tunecina, ni la PESC europea, ni Sarkozy, que también se entiende con los árabes, niCameron, que se da baños de multitudes en Trípoli, ni Obama, tan preocupado por la libertad religiosa en el mundo, dicen esta boca en mía en defensa deNadarkhani.

Naturalmente, el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, el de la Alianza de Civilizaciones, y su canciller, Trinidad Jiménez, encantada de acudir a cualquier foro internacional donde haya cámaras de televisión, no han abierto la boca para condenar este crimen contra la libertad religiosa.

La ola de cristofobia que se ha desatado en el mundo árabe, en el mundo chino y en el hindú (aquí sí hay que hablar de hinduismo, no de la India) constituye el mayor atentado contra la libertad y contra Occidente. Pero lo grave no son los ataques de Oriente sino el silencio doloso y cobarde Occidente. En el caso de España, no es algo más que cobardía, es la cristofobia rabiosa de nuestros muy cristianos -al menos en origen- dirigentes y el silencio de los medios informativos.

En Irán se atenta contra la libertad más que en Libia, con la diferencia de que Occidente bombardea a Gadafi y ni tan siquiera habla frente Irán.

Eulogio López

martes, 27 de septiembre de 2011

EL VERDADERO PROFETA DE LA CRISIS




Hoy, cuando muchos pretenden atribuirse el mérito de haber previsto la crisis económica que nos amenaza, nos fustiga y nos aplasta con tanta fuerza deseo traer aquí las palabras de un verdadero sabio; Un hombre con la sabiduría propia de quien ve las cosas desde una perspectiva muy amplia porque mira, no a lo inmediato, sino al fin último del ser humano.

Sábado 11 de septiembre 1999

La llamada "financierización" de la economía es un aspecto esencial y cargado de consecuencias. En las relaciones económicas, las transacciones financieras ya han superado en gran medida a las reales, hasta el punto de que el ámbito de las finanzas ha adquirido ya una autonomía propia.

Este fenómeno plantea nuevas y arduas cuestiones también desde el punto de vista ético. Una de éstas atañe al problema de la relación entre riqueza producida y trabajo, por el hecho de que hoy es posible crear rápidamente grandes riquezas sin ninguna conexión con una cantidad definida de trabajo realizado. Es fácil comprender que se trata de una situación bastante delicada, que exige una atenta consideración por parte de todos.

En la encíclica Centesimus annus, tratando la cuestión de la "creciente internacionalización de la economía", recordé la necesidad de promover "órganos internacionales de control y de guía válidos, que orienten la economía misma hacia el bien común" (n. 58), teniendo en cuenta también que la libertad económica es sólo uno de los elementos de la libertad humana.

La actividad financiera, según características propias, debe estar ordenada a servir al bien común de la familia humana.

Sin embargo, hay que preguntarse cuáles son los criterios de valor que deben orientar las opciones de los agentes, incluso más allá de las exigencias de funcionamiento de los mercados, en una situación como la actual, en la que aún falta un marco normativo y jurídico internacional adecuado.

También es preciso preguntarse cuáles son las autoridades idóneas para elaborar y proporcionar esas indicaciones, así como para velar por su aplicación.

Un primer paso corresponde a los mismos agentes, que podrían dedicarse a elaborar códigos éticos o de comportamiento, vinculantes para este sector. Los responsables de la comunidad internacional están llamados, asimismo, a adoptar instrumentos jurídicos idóneos para afrontar las situaciones cruciales que, si no se controlan, podrían tener consecuencias desastrosas no sólo en el ámbito económico, sino también en el social y político. Y, ciertamente, los más débiles serían los primeros en pagar las consecuencias, y los que más pagarían.

La Iglesia, que es maestra de unidad y por su vocación camina con los hombres, se siente llamada a tutelar sus derechos, con constante solicitud especialmente por los más pobres. Con su doctrina social presta su ayuda para la solución de esos problemas que, en varios sectores, influyen en la vida de los hombres, consciente de que "aun cuando la economía y la disciplina moral, cada cual en su ámbito, tienen principios propios, a pesar de ello es erróneo que el orden económico y el moral estén tan distanciados y ajenos entre sí, que bajo ningún aspecto dependa aquél de éste" (Pío XI, Quadragesimo anno, 42). El desafío se presenta arduo, por la complejidad de los fenómenos y la rapidez con que surgen y se desarrollan.

Los cristianos que trabajan en el sector económico y, particularmente en el financiero, están llamados a descubrir caminos adecuados para cumplir este deber de justicia, que para ellos es evidente por su enfoque cultural, pero que pueden compartir todos los que quieran poner a la persona humana y el bien común en el centro de cualquier proyecto social. Sí, todas vuestras operaciones en el campo financiero y administrativo deben tener siempre como objetivo no violar jamás la dignidad del hombre, construyendo con este fin estructuras y sistemas que favorezcan la justicia y la solidaridad para el bien de todos.

Por otra parte, hay que añadir que los procesos de globalización de los mercados y de las comunicaciones no poseen por sí mismos una connotación éticamente negativa, y, por tanto, no se puede tomar frente a ellos una actitud de condena sumaria y a priori. Sin embargo, los que aparecen en principio como factores de progreso pueden producir, y de hecho ya lo hacen, consecuencias ambivalentes o decididamente negativas, especialmente en perjuicio de los más pobres.

Por consiguiente, se trata de constatar el cambio y hacer que contribuya al bien común. La globalización tendrá efectos muy positivos si se apoya en un fuerte sentido del valor absoluto de la dignidad de todas las personas humanas y del principio según el cual los bienes de la tierra están destinados a todos. Hay espacio, en esta dirección, para trabajar de modo leal y constructivo, también dentro de un sector muy expuesto a la especulación.

A este propósito, no basta respetar leyes locales o reglamentos nacionales; es necesario un sentido de justicia global, que corresponda a las responsabilidades que están en juego, constatando la interdependencia estructural de las relaciones entre los hombres más allá de las fronteras nacionales.

Mientras tanto, es muy oportuno apoyar y fomentar los proyectos de "finanzas éticas", de micro crédito y de "comercio equitativo y solidario", que están al alcance de todos y poseen también un valor pedagógico positivo, orientado a la corresponsabilidad global.

Juan Pablo II DISCURSO DEL SANTO PADRE A LOS DIRIGENTES Y MIEMBROS DE LA FUNDACIÓN
"CENTESIMUS ANNUS, PRO PONTIFICE"

sábado, 17 de septiembre de 2011

EJEMPLO DE VALOR Y COHERENCIA

LA ENVÍAN A PRISIÓN POR REPARTIR ROSAS EN UN CENTRO ABORTISTA


Pablo Ginés/ReL


Trece de septiembre de 2011: Mary Wagner, católica de 36 años, es condenada a 40 días de cárcel. Otra vez. Ya ha perdido la cuenta de las veces que ha sido arrestada desde la primera, el 1 de febrero de 1999. Pero a ella no le importa: en la cárcel de mujeres ya la conocen, y aprovecha esas estancias para evangelizar. Y para consolar a las presas que han abortado.

Mary es pequeña, delgada, suave, nada amenazadora. Pero muy tenaz. En la JMJ de Denver (EEUU), en 1993, experimentó un despertar espiritual. Su familia era intensamente católica y pro vida, creció con diez hermanos, cuatro de ellos con necesidad de atención especial. Su padre era presidente de la Coalición Campaña por la Vida de la Columbia Británica, en Canadá. Su madre, militante de Birthright ("Derecho a nacer"). Desde que se liberalizó el aborto en Canadá en 1969, su familia acudió a marchas por la vida y rezó por el final del aborto en el país.

Pero en Denver pasó algo. Vio aquellos jóvenes incontables y su alegría especial. Con 19 años, Mary entendió "cómo Dios nos mira y nos ama a cada uno de nosotros de una forma cercana y personal". Siempre había sabido que Dios ama, pero ahora entendía su protección y amor inagotable. Y eso, declaraba ya en una entrevista en el año 2000, "me hace sentir feliz, llena de gozo y puedo vivir como Cristo nos enseñó".

Es decir, de la cárcel al tribunal y del tribunal a la cárcel.

Su crimen es entrar en clínicas abortistas, en la sala de espera, o en el jardín ante la puerta de entrada, y repartir rosas blancas con una tarjeta a las mujeres que hay allí. En ella se puede leer: "Fuiste hecha para amar y ser amada. Tu bondad es más grande que las dificultades. Las circunstancias en la vida cambian. Una nueva vida, aunque sea diminuta, promete un gozo irrepetible. ¡Hay esperanza!".

A veces, les dice: "estamos llamados a amar a todo el mundo". ¡Gravísimo!

Este martes, el juez William Bassel de Toronto la declaró culpable de "un uso y disfrute ilegal" de las instalaciones de la clínica abortista de Bloor West, cerca de Toronto. Y de "retrasar el desarrollo del negocio".

Los testigos dejaron claro que Mary había sido amable, tranquila, pacífica en su trato con las mujeres de la clínica, pero al juez le dio igual.

Cuando la policía se la llevó de la clínica, aún decía a las chicas: "no es demasiado tarde; aún podéis cambiar de opinión. Dios os ama".

El juez Bassel le prohibe acercarse al centro abortista y a sus empleados durante 3 años. Que hay que acumular a otras sentencias anteriores. Es difícil llevar la cuenta. Entra y sale. En la cárcel se porta muy bien. Soltera, sin hijos, pobre... no tiene nada que perder.

En la cárcel de mujeres (primero en Burnaby, en Columbia Británica; después en el centro Vanier, en Ontario) reparte folletos sobre la Biblia y la Iglesia. Escucha a las mujeres que han abortado (el 90% de las presas), llora con ellas, reza con ellas. Para cuando salgan, les recomienda centros que ayudan a la mujer a superar el trauma post-aborto. Recibe visitas y cartas. La gente pro-vida le visita, como hacían los primeros cristianos con sus presos encarcelados por el César. Mary reza mucho: ¿dónde la quiere enviar Dios la próxima vez?

En agosto la detuvieron de nuevo: dos policías ante un centro abortista. Mientras se decidían a llevársela ella rezaba el rosario sentada en la acera. Había entrado en la sala de espera a ofrecer a las chicas folletos con ayudas, con alternativas al aborto.

En marzo, después de 48 días de cárcel, Mary pudo efectuar en Toronto una de sus jugadas habituales. Siempre rechaza tener abogado, pide defenderse ella misma, y allí, en la vista pública, en vez de hablar de sí misma, en vez de defenderse, lee una breve declaración contra el aborto que suele llegar a manos de la prensa local.

"Ese negocio existe casi exclusivamente para destruir a los niños en el vientre de su madre; bajo el disfraz de ayuda a la mujer, se mata a bebés indefensos, y sus madres quedan heridas. Intentaba llegara las mujeres que consideran el aborto como una solucióna las circunstancias difíciles que atraviesan. Mi presencia era pacífica, y nace del reconocimiento del hecho de que una nueva vida humana existe desde la concepción", lee.

Normalmente, en este momento pide un minuto de silencio para recordar "a mis hermanos y hermanas destruidos por el aborto". En Columbia Británica algún juez se lo concedió, pero en Toronto siempre se lo deniegan.

En noviembre de 1999 la arrestaron por primera vez por violar el "área de seguridad" de un centro abortista. Fueron sus primeras navidades en la cárcel.

Además de repartir rosas, a veces exhibe carteles de la Madre Teresa de Calcutaque invitan a optar por la vida. Ella es una de sus fuentes de inspiración. Los grupos pro vida de Canadá aseguran que Mary Wagner tiene un don especial para hacer el apostolado pro vida ante las clínicas, porque por su dulzura y suavidad puede acercarse con tacto a las mujeres que acuden a esos centros.

Para escribir a Mary Wagner a prisión:

Vanier Centre for Women
665 Martin St
Milton, Ontario
L9T 5E6
CANADA