lunes, 16 de noviembre de 2009

APOYAR EL ABORTO Y COMULGAR



Para los declarados católicos Pepiño Blanco, José Bono y otros

Carta de Ratzinger a los obispos norteamericanos sobre el tema

No han parado las críticas a Mons. Martinez Camino por decir sencillamente lo que la Iglesia ha venido diciendo siempre de modo constante en todos los casos. No se sostiene el que intenten eludir su responsabilidad afirmando que se trata de la opinión personal de Mons. Martinez Camino. No, no es así. Es, sencillamente la praxis y la doctrina de la Iglesia Católica. Basta con leer la carta del entonces Cardenal Ratzinger a los obispos de EE.UU.

Carta
“Dignidad para recibir la Sagrada Comunión. Principios Generales”

del Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe al Cardenal Theodore McCarrick,
Arzobispo de Washington y presidente del Comité de Política Doméstica, y a Mons. Wilton Gregory, Obispo de Belleville y Presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (junio de 2004), con ocasión de la reunión plenaria que este organismo celebró en Denver del 14 al 19 de junio de 2004.

1. Presentarse para recibir la Sagrada Comunión debería ser una decisión consciente, basada en un juicio razonado respecto de la propia dignidad para hacerlo, según los criterios objetivos de la Iglesia, haciéndose preguntas como: “¿Estoy en plena comunión con la Iglesia Católica? ¿Soy culpable de algún pecado grave? ¿He incurrido en una pena (p.ej. la excomunión, el entredicho) que prohíbe que reciba la Sagrada Comunión? ¿Me he preparado ayunando por lo menos una hora antes?” La práctica de presentarse indiscriminadamente a recibir la Sagrada Comunión, simplemente como consecuencia de estar presente en la Misa, es un abuso que debe ser corregido (cf. Instrucción Redemptionis Sacramentum, n. 81, 83).

2. La Iglesia enseña que el aborto o la eutanasia son pecado grave. La Carta Encíclica Evangelium vitae, respecto de decisiones judiciales o leyes civiles que autorizan o promueven el aborto o la eutanasia, declara que existe “una grave y clara obligación de oponerse por la objeción de conciencia. En el caso de una ley intrínsecamente injusta, como una ley que permite el aborto o la eutanasia, nunca es lícito por tanto obedecerla, o ‘participar en una campaña de propaganda a favor de tal ley o votar por ella’” (n. 73). Los cristianos tienen “una grave obligación de conciencia de no cooperar formalmente en prácticas que, aún permitidas por la legislación civil, son contrarias a la ley de Dios. En efecto, desde el punto de vista moral, nunca es lícito cooperar formalmente con el mal. Tal cooperación nunca puede ser justificada invocando el respeto a la libertad de otros o apelando al hecho de que la ley civil lo permite o lo requiere” (n. 74).

3. No todos los asuntos morales tienen el mismo peso moral que el aborto y la eutanasia. Por ejemplo, si un católico discrepara con el Santo Padre sobre la aplicación de la pena de muerte o en la decisión de hacer la guerra, éste no sería considerado por esta razón indigno de presentarse a recibir la Sagrada Comunión. Aunque la Iglesia exhorta a las autoridades civiles a buscar la paz, y no la guerra, y a ejercer discreción y misericordia al castigar a criminales, aún sería lícito tomar las armas para repeler a un agresor o recurrir a la pena capital. Puede haber una legítima diversidad de opinión entre católicos respecto de ir a la guerra y aplicar la pena de muerte, pero no, sin embargo, respecto del aborto y la eutanasia.

4. Aparte del juicio de un individuo respecto de su propia dignidad para presentarse a recibir la Santa Eucaristía, el ministro de la Sagrada Comunión se puede encontrar en la situación en la que debe rechazar distribuir la Sagrada Comunión a alguien, como en el caso de un excomulgado declarado, un declarado en entredicho, o una persistencia obstinada en pecado grave manifiesto (cf. canon 915).

5. Respecto del grave pecado del aborto o la eutanasia, cuando la cooperación formal de una persona es manifiesta -entendida, en el caso de un político católico, como hacer campaña y votar sistemáticamente por leyes permisivas de aborto y eutanasia-, su párroco debería reunirse con él, instruirlo respecto de las enseñanzas de la Iglesia, informándole que no debe presentarse a la Sagrada Comunión hasta que termine con la situación objetiva de pecado, y advirtiéndole que de otra manera se le negará la Eucaristía.

6. Cuando “estas medidas preventivas no han tenido su efecto o cuando no han sido posibles”, y la persona en cuestión, con obstinada persistencia, aún se presenta a recibir la Sagrada Comunión, “el ministro de la Sagrada Comunión debe negarse a distribuirla” (cf. Declaración del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos“Sagrada Comunión y Divorcio, Católicos vueltos a casar civilmente” [2002], n. 3-4). Esta decisión, propiamente hablando, no es una sanción o una pena. Tampoco es que el ministro de la Sagrada Comunión esté realizando un juicio sobre la culpa subjetiva de la persona, sino que está reaccionando ante la indignidad pública de la persona para recibir la Sagrada Comunión debido a una situación objetiva de pecado.

Nota: Un católico sería culpable de cooperación formal en el mal, y tan indigno para presentarse a la Sagrada Comunión, si deliberadamente votara a favor de un candidato precisamente por la postura permisiva del candidato respecto del aborto y/o la eutanasia. Cuando un católico no comparte la posición a favor del aborto o la eutanasia de un candidato, pero vota a favor de ese candidato por otras razones, esto es considerado una cooperación material remota que sólo puede ser admitida ante la presencia de razones proporcionalmente graves”.

+Joseph Card. Ratzinger, Prefecto

6 comentarios:

  1. Me acabo de quedar muerta con el punto 3. Y alguien con dos dedos de frente comprenderán mi reacción sin necesidad de comentar nada más...

    Un saludo!!!

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  2. Es interesantísima esta carta de Joseph Ratzinger, que yo leí hace años en la revista Palabra. Lo primero que me vino a la cabeza entonces fue.... ¿y por qué los obispos españoles no hacen lo mismo? porque por fin, en noviembre de 2.009, ha hablado Monseñor Martínez Camino para condenar a los políticos que voten a favor de una legislación abortista...... pero esta condena no se había producido antes en España, y tenemos una legislación abortista desde 1.985 que ha provocado cientos de miles de crímenes. Y ha habido gobernantes declaradamente católicos que no la derogaron para impedir este auténtico holocausto, y creo que está claro que esto es colaborar con el mal, en este caso por omisión, por lo que se incurre en las circunstancias que se dice en la carta de Ratzinger. Así que, como comenta D. José Gil Llorca, esta carta ratificará lo que la Iglesia ha venido diciendo desde siempre..... salvo en el caso de los obispos españoles desde 1.985 hasta octubre de 2.009. Me gustaría pensar que esto ha supuesto un necesario cambio en los obispos españoles, al fin. Ya veremos, porque no las tengo todas conmigo.

    Repito que la carta es interesantísima y clarificadora: ante tanta confusión como hay sobre ciertos asuntos hoy, véase lo que dice sobre la guerra, la pena de muerte... (para que muchos se enteren de que la lucha contra el aborto no es meramente de “defensa de la vida” o “por la vida”, hay que considerar más cuestiones de fondo) o sobre el voto a los partidos políticos. Siempre me ha gustado el estilo alemán de abordar las cuestiones con claridad, profundidad y sin dejar cabos sueltos, y me parece ver este etilo reflejado en la carta de Joseph Ratzinger.

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  3. Es dificil seguir teniendo dudas despues de una lectura asi. En ocasiones no entendemos simplemente porque no queremos entender, pues poder siempre podemos.

    El si a la vida nunca puede suponer un acto de amargura, muy al contrario.

    saludos a todos.

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  4. Una pregunta me asaltan dudas.
    Si se vota a un partido politico socialista porque tu ideología es esa,y ese partido está a favor del aborto y yo como votante estoy en contra del aborto y soy catolico. ¿También estoy escomulgado?
    Porque la ideoligía sea de derechas o izquierdas es una cosa. Luego los partidos hacen lo quieren.
    Yo quiero diferenciar idelología politica, espero explicarme.
    Si soy socialista y católico que pasa ahora.

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  5. Antonio:

    No. La excomunión es algo distinto de no poder acercarse a comulgar. Los que no pueden acercarse a comulgar no están excomulgados. Sencillamente, no están en condiciones, como otra persona que ha cometido un pecado mortal como el adulterio, de acercarse a recibir la comunión sin haberse arrepentido y confesado previamente.

    Como bien indica la nota del documento, también estaría en una situación objetiva de no poder acercarse a comulgar (cosa distinta de la excomunión, como ya he dicho) alguien que votara a un partido determinado por la razón de que ese partido apoya y defiende el aborto.

    Los votantes del PSOE, y a mi entender también los del PP y todos los partidos que no están en contra del aborto y defiende la vida, no están excomulgados pero están obrando moralmente mal.

    Desde mi punto de vista es un mal grave votar a un partido que no defiende la vida habiendo otras opciones políticas que sí defienden la vida. Y, por tanto, esas personas no deberían acercarse a comulgar.

    Y es que además de obrar moralmente mal están siendo incoherentes y un tanto estúpidos. En cualquier caso, los votantes de un partido que no está programáticamente a favor de la vida debe hacer todo lo posible para que ese partido defienda la vida.

    JOSÉ GIL LLORCA

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  6. Entendido gracias por la explicación.
    Muy amable.

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