martes, 6 de julio de 2010

CRISTIANISMO, CULTURA Y CIVILIZACIÓN



Toda la vida de Jesús ha tenido una influencia enorme sobre nuestra historia. Baste pensar en la idea de la Sagrada Familia: durante siglos hemos considerado que un padre, una madre y un hijo fuesen la familia ideal. Ni poligamia, ni servidumbre de la mujer, ni cerrarse a la vida...

Después de dos mil años de cristianismo, hoy se pregunta si un hombre y una mujer sirven para formar una familia o basta con dos hombres; se pregunta si la vida de los hijos es aún sagrada o se somete al capricho de los padres...

Basta mirar un cuadro de la Sagrada Familia para comprender qué es lo humano, qué corresponde a nuestra naturaleza y qué no. Cristo nos ha enseñado ante todo a ser verdaderos hombres, y como tales, criaturas cuya dignidad deriva de ser hijos de Dios. Nos ha enseñado el valor de la Verdad y el de la Caridad.


La Iglesia ha inventado los orfanatos, los hospitales, el mismo concepto de dignidad humana. En lo que respecta a los niños, nuestra Fe nos enseña que Dios mismo se hizo niño. Esta idea ha cambiado la historia de la infancia: en el mundo pagano antiguo, pero también hoy en el mundo no cristiano, matar a los niños ya nacidos era considerado lícito, normal. En la antigua Roma el padre tenía derecho a reconocer o no al hijo; si no lo hacía lo abandonaba a las bestias, a la muerte, o dejaba que fuese hecho esclavo por algún otro.

El mito de Rómulo y Remo y el de Edipo nos dicen, naturalmente junto a las fuentes históricas, que la exposición a la muerte de los niños, de los enfermos, de los no queridos, de los temidos por supersticiones diversas, estaba muy difundido. El primero en considerar el infanticidio un delito será Constantino, el emperador convertido.

Hoy, donde la pérdida de la fe caracteriza cada vez más a nuestra sociedad, también se pierde la sacralidad de la vida: pienso no sólo en el aumento de la pedofilia en toda la sociedad, que data de los años sesenta, es decir de la llamada revolución sexual, sino en la cada vez mayor difusión del aborto, incluso en los últimos meses de gestación, o en la eutanasia de los niños en Holanda... o también en la plaga de divorcios, cuyas verdaderas víctimas, millones cada año, son los hijos.


El cristianismo ha cambiado la condición de la mujer y de los niños; ha traído el concepto de libertad: en el mundo romano más de la tercera parte de la población era esclava, y podía ser matada, marcada al fuego, quemada... Puso fin a los juegos de los gladiadores, es decir, a miles y miles de personas sacrificadas en los circos y anfiteatros a los infiernos y a la gente que aplaudía; sustituyó los sacrificios humanos, presentes en todas las religiones del mundo, con el divino sacrificio de la Misa; creó la institución del hospital, contribuyó al nacimiento de las universidades y del pensamiento científico; generó la mayor parte del arte.

1 comentario:

  1. D.Jose,
    Desgraciadamente vivimos en una sociedad desagradecida y desmemoriada.
    Desagradecida porque no ne agradece lo mas elemental que es el don de la vida. Desmemoriada porque no reconoce en los que nos precedieron el mérito que tienen.

    Hoy día que siempre se habla de "la primera en vez en la historia que tal..." y la gente se queda con la boca abierta, se desconocen nociones basicas de historia: ¿ quien y cuando se descubrio america ? ¿ En qué año pisó el hombre la luna ? ¿ Quienes fueron los reyes católicos ? Todo forma parte de lo mismo: una sociedad que vive del sucedáneo, pero no de lo auténtico, de lo genuino.
    Qué se le va a hacer !

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